Se sabe de Eduardo ¨Korneta¨ Suarez que en 1995 decidió emprender un proyecto musical familiar que fue bautizado ¨Los gardelitos¨, y que el 15 de mayo de 2004 su cuerpo fue hallado sin vida en la calle tras tres días de desaparición. No mucho más. El resto corresponde al mito: las razones de su apodo, las causas de su fallecimiento, su vagabundeo borracho y reventado, así como todas sus andanzas que, por escasas y de veracidad incierta, solo añaden mas misterio al asunto. Incluso sobre su vida anterior poco y nada está claro. Lo que resulta evidente es que este hombre tenía algo para decir. Por eso resignó sus negocios de poca monta y se entregó a la música con el apoyo de toda su familia. Esta historia, la de la venta de la rotisería y el flete en pos de un futuro con la banda, allá en el barrio del bajo flores, también está contada cien mil veces y su repetición dificulta la imagen real (y aún la irreal) de lo acontecido. Lo cierto es que con la grabación de los primeros demos y, sobretodo, de ¨Gardeliando¨, en el año 1996, comienza a materializarse en canciones el alma de este poeta del rock. Y queda frente a las narices de todo rastreador la mejor manera de entenderlo: escuchándolo. Y si se lo puede calificar de poeta sin vueltas es por lo vivo de su música y sus letras, apreciables por separado, pero dueñas también de un gran sentido al unirlas.
¨… Ardiente miraste el día
las rutas salen de tu cuerpo
apenas si viste la vida
El cielo te estaba esperando
respiras ahora en silencio
Desnuda cruzaste el bosque
tu cara dudaba en la lluvia
yo quise extenderte mi mano
Las esferas giraban en el cielo
ahora sos una de ellas… ¨
Este es un ejemplo de estilo que oscila entre un impresionismo terrenal y, a la vez, una especialidad en el dibujo de lo sideral e inalcanzable. Y todo eso con un gusto clásico y una clara preferencia de lo bello por sobre lo feo de las cosas. Ambos párrafos adquieren un sabor de particular gracia a causa del (¿) chiste (?) de ser pronunciadas algunas palabras con una incorrecta ¨s¨ final (mirastes, vistes, cruzastes); esto viene a demostrar, acaso, que la imperfección o el error no suelen ser obstáculo para la hermosura, cuando se la quiere mirar de cerca y a los ojos.
¨… Vi en tus ojos miles de niños cobijando la historia la espada del tiempo.
Flores del agua, son nuestros hijos en sus naves doradas las alas del viento.
Pueden mirarse a través de los cuerpos como miras la luz en mi ventana,
el mañana es hoy… ¨
¨La constelación de la virgen¨, del primer disco de ¨Los Gardelitos¨, que concluye con la estimulante o dolorosa frase: ¨Nunca van a llegar los astronautas a tu constelación¨, redundaría en su análisis al caso anterior. Pero no todo es lirismo y fantasía en el lenguaje de Korneta. Su llegada a la juventud no hubiera sido tan eficaz solo con eso, y sin la crudeza en su expresión y sus malos modales, fieles representantes de la rebeldía en su corazón y su espíritu más cercano a lo despierto de las nuevas generaciones que a la entrega final, característica más común en personas de avanzada edad como él:
¨… Están haciendo un faso a la vuelta de la esquina
Se están tomando un vino o corriendo alguna mina
Y si no fuera así, qué ciudad tan aburrida!… ¨
¨… Si tantas personas viven aquí
porque no están unidas para vivir
Si todas las mentes dicen que no
no vale la pena seguir por seguir
Los jóvenes quieren un poco de amor
Perdamos el miedo al rockanroll… ¨
Por supuesto, el amplio espectro de todo buen letrista de rock no estaría cubierto sin el cortejo galante a las ¨nenas¨, musas de todo músico caballero.
¨… Me estoy enamorando de ti otra vez
puedo presentirlo con todo mi ser
Con solo una mirada yo puedo ver
que apenas te lo pida serás mi mujer
Estoy tan convencido que quiero estar contigo otra vez… ¨
O ¨Blues de Caseros¨, donde combina el romanticismo con su habilidad para escribir sobre la marginación y la injusticia. Esta conducta era apoyada en los primeros tiempos de Los Gardelitos, cuando se solían ofrecer recitales en Villas de emergencias, loqueros y prisiones.
¨… Hoy maldigo a mi corazón endurecido por el dolor,
en tus ojos no puedo ver si es que sigues amándome
Es mucha reja para este amor, ya no puedo vivir así
esperando volverte a ver, esperando poder salir…¨
Quizás la faceta más rica de Korneta como autor es su incisiva descripción de estados sistemáticos de angustia y soledad, de los cuales en muchos casos responsabiliza al mismo objeto: ¨Nena estás aburrida, mirando televisión. Los psicofármacos vuelan y la farmacia cerró¨… ¨Anabel tiene una hermana que está sola, triste y deprimida mirando la t.v...¨… ¨Estamos podridos de los programas de la televisión. Estamos aburridos, nadie comprende nuestra insatisfacción¨. También echa grandes culpas a la incomprensión entre los seres humanos y a la falta de libertades y exceso de juicio sobre la conducta ajena, tal como rezara la bandera negra que levantó una vez en escena y que fue colocada sobre su cuerpo quieto a la hora de velarlo: ¨Prohibido prohibir¨, a la cual agregó: ¨Es lo único que debería estar prohibido¨.
¨… Los chicos de la esquina se están burlando de ella
porque dicen que no sabe caminar,
que ni siquiera conoce los grupos que están de moda (…)
Sin embargo es una chica buena, que lava y que cocina,
que cuida a sus cuatro hermanos porque por las noches su padre se emborracha…¨
Estas múltiples caras de Korneta se repiten tanto a la hora de cantar como de componer la música de sus canciones. Su voz podía ser a veces la mas dulce en una melodía de tintes melancólicos (tal es así que quienes escuchaban un disco de la banda y después la veían en vivo, no podían creer que ese viejo de nariz grande y mucha barba y pelo blanco fuera el dueño de ella), y podía envenenarse otras en un enojo de capricho irrevocable. Asimismo, se pueden encontrar en Los Gardelitos temas de todos los estilos: desde tango hasta reggae, pasando por chacarera y estructuras clásicas de onda Beatle y Rollingstone, todo sellado con un irrenunciable rock. Incluso, hay casos de notadas variaciones dentro de una misma canción. Es el caso de ¨Hay que enterrarlos vivos¨, del disco ¨En tierra de sueños¨, un reggae que hace referencia hacia la, o hacia alguna, dictadura militar, y que se interrumpe a la mitad para figurar una escena de marcha entre un grupo de soldados y su general, lo cual recuerda mucho a ¨The unknown soldier¨, de The doors, en el cual sucede, digamos, lo mismo. O ¨Monoblock¨, del mismo disco, donde un ritmo pausado y campesino pareciera tomar un tren hacia la vorágine de la ciudad, solo para volver después. Volviendo al caso anterior, no es la única señal de aproximación al hippismo de los años sesenta en el mundo, y el de los setenta en nuestro país. ¨Ciudad descalza¨, de ¨Fiesta sudaka¨, por su forma y sonido a cristal empañado, recuerda a bandas nacionales de esa época como Manal o Almendra, que de igual manera riegan con su influencia toda la esencia de Los Gardelitos. Y señalan con evidencia esta idea de tener en cuenta el pasado y pensar en el futuro.
La vida y la muerte de Korneta no fueron ni son por el momento una gran noticia para el mundo de los medios. Ni siquiera es posible encontrar su fecha de nacimiento en una búsqueda por Internet. Y, quizás por lo fresco de los hechos, su presencia en el mundo del rock no es tan valorada como debería. No tardará, sin embargo, el mundo de los exprimidores en descubrir que su persona es una de las más atrayentes de los últimos años y convertir el mito suburbano de Korneta Suarez en un mito público y gritado a viva voz. Es por eso que este análisis no pretende avisar ni rescatarlo de ningún lado, ya que, por el momento, es suficiente con que en cada recital de la banda, hoy liderada por su hijo Eli, se lo recuerde con canciones, remeras y ojos… ¨Siempre en libertad¨
No se si ya lo leyeron o si lo van a querer leer, pero yo ya lo lei 3 veces y las 3 veces se me llenaron los ojos de lagrimas